El vuelo de David

David de la Fuente (4º ESO D)

Capítulo 1. Diferente desde el principio

Diferente desde el principio. Desde muy pequeño, David se sintió diferente. No podía quedarse quieto, sus manos y pies parecían tener vida propia, y su mente iba más rápido de lo que podía expresar. En el patio de infantil, mientras los demás niños coloreaban dentro de las líneas, David usaba todos los colores y pintaba fuera del papel. Sus maestras solían suspirar con cansancio, incapaces de seguir su ritmo. “Eres muy inquieto, David”, le decían constantemente. Pero él no sabía cómo ser diferente.

 

Capítulo 2. El mundo escolar

Cuando entró a la primaria, las cosas se volvieron más difíciles. A pesar de que era inteligente y curioso, David tenía problemas para concentrarse en las clases. Cada sonido lo distraía, su cuerpo le pedía moverse y, sin darse cuenta, interrumpía a los maestros con preguntas o comentarios fuera de lugar. Sus compañeros a veces se reían de él, y otras veces lo ignoraban. “Si tan solo pudieras quedarte quieto”, le decían los adultos. Pero él lo intentaba y no podía. Se sentía solo, confundido y fuera de lugar.

 

Capítulo 3. La tristeza de ser distinto

Hubo días en que David se encerraba en su habitación sintiendo que había algo mal en él. Veía a otros niños jugar tranquilos, hacer amigos con facilidad, seguir las reglas sin problemas. Él, en cambio, siempre parecía romperlas sin querer. Su mamá le decía que era especial, que su mente era como una chispa brillante, pero a él le costaba creerlo. ¡Qué difícil era encajar en un mundo que pedía calma cuando él era un torbellino!

 

Capítulo 4. La sombra de la desesperación

A medida que creció, la soledad de David se volvió más pesada. Se sintió atrapado en una realidad en la que parecía no haber espacio para él. Un día, abrumado por la tristeza y el rechazo, sintió que ya no podía más. Pensó en rendirse, en acabar con todo. Pero justo en el último momento, una profesora lo paró y le dijo unas palabras que siempre recordará: “No estás solo”.

Capítulo 5. Una profesora diferente

 

Todo cambió el día que conoció a la profesora Araceli. En vez de decirle que se calmara, la profesora le daba tareas que lo hacían moverse. En las clases de Lengua, en lugar de hacer que leyera en silencio, le pedía que actuara los acontecimientos. “Tu mente es como un motor poderoso”, le dijo un día. “Solo necesitas aprender a dirigirla”. Poco a poco, David empezó a entenderse mejor.

 

Capítulo 6. Encontrando su lugar

Gracias al apoyo de su familia y su profesora, David descubrió formas de canalizar su energía. Aprendió a dividir sus tareas en pequeños pasos, a hacer pausas para moverse cuando lo necesitaba, y a practicar deportes que lo ayudaban a gastar energía. También descubrió que su mente rápida le permitía encontrar soluciones originales a los problemas. Con el tiempo, dejó de sentirse tan solo.

 

Epílogo. La chispa de David

David nunca dejó de moverse, de soñar ni de pensar rápido. Aprendió que su hiperactividad no era un defecto, sino una forma especial de ser. A pesar de todo lo que vivió, su diferencia siguió siendo parte de él. Y así, con su chispa encendida, demostró al mundo que las mentes inquietas pueden cambiarlo todo

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